"HIDROTERMAPOLITANO" Podcast + Arte

"HIDROTERMAPOLITANO" Podcast + Arte
Síguenos ahora en nuestro podcast

martes, 23 de febrero de 2010

"LLEGÓ EL FERROCARRIL Y FUIMOS A RECIBIRLO"



El silbato de un tren al atardecer
le sacude (al niño) por dentro, al igual
que a los adultos, las sensaciones de la lejanía.
ANTONIO ACEVEDO ESCOBEDO


     La vida en Aguascalientes no puede ser entendida sin aquel sonido que arrasó por muchos años el cielo y el sueño de los habitantes de esta tierra, hoy sólo es un murmullo casi imperceptible al oído urbano; perdón, quise decir humano. El silbato del ferrocarril se convirtió en lo que actualmente es el tercer tono bip que anuncia la hora exacta en las ondas radiales, su eco podía ser escuchado en gran parte, sino es que en toda la ciudad; a tal grado que, si anteriormente era necesario el canto del gallo para despertar a las familias, en su momento el silbato ferrocarrilero cumplió dicha función en nuestro estado.

Perdóneme el sacrilegio, indulgente lector, pero más que Guadalupe Posada, la Feria de San Marcos; Saturnino Herrán, Refugio Reyes, el cultivo de la uva, la industria automotriz, la del vestido, etc., el ferrocarril es el gran tema del Aguascalientes del siglo pasado, y quizá de toda su historia, por lo menos hasta ahora” (REYES: 2009)
     Tal vez una de las ocasiones en que el silbato del ferrocarril resonó con mayor fuerza, pudo haber sido hace 126 años, en la llegada a Aguascalientes del primer ferrocarril de pasajeros proveniente de la Ciudad de México efectuada un 24 de febrero de 1884.

     Es en 1881 cuando comienza a gestionarse la posibilidad de contar con vías férreas en nuestro estado y un año más tarde se realiza la compra de un terreno que serviría para lo que hoy sigue siendo la Estación del Ferrocarril Central Mexicano.

El 4 de noviembre de 1882, ante el Escribano Pub. Lic. Don Salvador E. Correa, Doña Concepción Gámez de Serrano, con autorización de su esposo Don Pascual Serrano, vendió a la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano representada por el Ingeniero Civil Roswell F. Briggs, encargado de los trabajos de construcción de la División de León a Durango del mismo ferrocarril, un terreno ubicado en el lado norte del camino que conduce a los Baños Grandes del Ojocaliente y a unos trescientos metros de distancia de los baños primeros llamados de “Los Arquitos” para la construcción de la Estación Ferrocarrilera. La extensión de dicho terreno era de 300 metros de latitud por 600 metros de longitud” (TOPETE: 1968; 119)
     A un par de años de dicho contrato, llega a la Ciudad de Aguascalientes el primer tren de pasajeros que saliera de la capital del país; gran expectación traería en la población provinciana de aquel Aguascalientes añorado el sonido del silbato y el crujir de los durmientes del ferrocarril, quizá más de alguno pudo vaticinar el fin de la tranquilidad de aquel poblado, o tal vez la prosperidad que traería para los comerciantes de la época, la incursión de aquellos gigantes de metal que humeaban en grandes cantidades. Por su parte, las autoridades quisieron festejar dicho acontecimiento con una acción que (quizá sin pensarlo) se convertiría a la postre, en una de las grandes tradiciones de nuestra gente, ir a recibir y a despedir a los trenes. Así fue como el Ayuntamiento de Aguascalientes, decidió realizar el siguiente programa el 24 de febrero ya citado:

"1.- Se iluminarán los trayectos que recorren los ferrocarriles urbanos, de la estación a la Plaza de la Constitución.
2.- Las músicas militares de la federación y el estado se situarán en la estación y la plaza expresada.
3.- A las doce de la noche se prenderán los fuegos artificiales. Se invita a los vecinos en general para que se sirvan iluminar el frente de sus casas” (FERRONALES: 1966; 91)
     A quien esto escribe, le hubiera complacido ser partícipe de dicha celebración, sin embargo sólo tuvo la oportunidad de, como líneas arriba se menciona, ser parte de esa costumbre; llegar un domingo por la tarde a observar el andar de los trenes y pasear posteriormente en el Jardín de la Estación, no el jardín que hoy conocemos cercado y con bellas fuentes danzarinas, sino aquel que fuera construido en 1935 y que, posiblemente no haya sufrido remodelación alguna; por cierto, las bancas y floreros que aún se conservan en dicho jardín eran financiados por empresarios o familias que, en muchos de los casos hoy ya no existen, tal es el caso de la banca con la figura de El Titán, que era el logotipo de la harinera que conserva sus instalaciones (casi derruidas) a un par de calles de la estación.

     La estación del ferrocarril se construyó tal y como la conocemos actualmente (sin las remodelaciones pertinentes e impertinentes) en 1910 y fue inaugurada un año después; obra del ingeniero italiano G.M. Bosso, el cual realizó la edificación con un estilo colonial californiano pero apoyado en grandes elementos de la influencia hispánica, a dos niveles y tejado a cuatro aguas; una edificación que ha visto pasar innumerable cantidad de personas, como cuando en 1914, se vio rodeada de militares revolucionarios que arribaron de diversas partes de la republica con un solo objetivo, acudir a la Soberana Convención Revolucionaria que se celebraría en el Teatro Morelos de nuestra ciudad. Quizás ha sido uno de los momentos mayormente recordados en la historia del ferrocarril en nuestro estado, pues causó gran júbilo y temor la llegada de cientos de elementos castrenses a una ciudad tan pequeña y tranquila como lo era el Aguascalientes del siglo pasado, precisamente a 30 años de la llegada del primer ferrocarril de pasajeros.

Barullo en el andén. Tránsito y vendedores. Cabezas de viajeros y viajeras que atisban por las ventanillas. En los peldaños del pullman, señores de gorra inglesa que buscan el sabor local en el mínimo panorama desde el estribo” (FERNANDEZ: 1963; 253)
     Curioso resultaba el trajín de aquella estación ferroviaria al llegar el domingo, familias enteras paseando por el jardín, acercándose a las vías para sentir el retumbar del suelo al paso de los vagones, saludando a quienes llegaban o partían de la estación, tal vez no cuente con muchos recuerdos de aquellos tiempos, era pequeño; sin embargo, existen elementos característicos que evoco, como lo fuera el viajar en alguno de los últimos vagones que recorrieron el país, en los cuales era posible observar a vendedores con todo tipo de artefactos e incluso con comida que “Pal’ camino” decían ellos, o la fila interminable para comprar los boletos del tren, la sala de espera con sus bancas de madera pintada a la cual sólo accedían los pasajeros de primera, incluso es posible recordar la fuente del jardín que siempre contaba con agua, estancada, pero agua a final de cuentas y por qué no, las grandiosas gorditas de horno o condoches que se vendían alrededor de la estación; sin embargo, siempre preferí los tamales y gorditas de chicharrón con arroz que vendía una señora en sus cubetas de metal.

     Hoy la tradición de ir a recibir y a despedir a los trenes está olvidada, ya no es lo mismo visitar la estación del ferrocarril y encontrarse al minuto 15 de cada hora, una melodía que hace juego con las aguas danzarinas de aquella fuente, agua que ahora, no está estancada; la estación que no cuenta ya con filas para comprar boletos para el siguiente abordaje, ni estancias llenas con pasajeros de primera clase, hoy la estación se encuentra sí muy bella y remodelada pero abandonada por aquellos que la hicieron grande, los ferrocarrileros y los aguascalentenses. Por qué no ir a la estación del ferrocarril este 24 de febrero, a recordar la llegada de aquel primer tren de pasajeros, por qué no detenernos a escuchar el silbato del tren y por qué no, recordar aquel Aguascalientes del que muchos de nosotros fuimos parte, para así, dar forma y sentido a nuestra historia, a nuestro pasado y lo que viene.

¡Cómo cantan los silbatos! ¡Ay, cómo vibra el acero! Cuando las calderas gimen de la lumbre en el tormento, cuando las frentes destilan en vez de sudor, luceros, o cuando las chimeneas dejan escapar su aliento en bocanadas de noche que empañan el limpio cielo, entonces, en la Estación, se pone el aire moreno y el agua en Ojocaliente brota tibia del venero, como si desde las fraguas le diera calor el fuego” (REYES: 1963; 421)
     No he vuelto a probar una gordita de chicharrón y arroz como las que mi madre nos compraba con la señora del delantal a cuadros y cubetas de metal en las manos, aquella vendedora que siempre se colocaba en la esquina de El Gato Negro, una vieja tienda de abarrotes, hoy convertida en funeraria, tal y como las construcciones que frente a ella se encuentran y en las que un día estuvieron La Estación y los Talleres de Reparación del Ferrocarril Central Mexicano.



FUENTES


ACEVEDO Escobedo, Antonio. Los días de Aguascalientes. Porrúa, México. 1952. 4ª Ed. 1993.

ENGEL, José Luis. Diccionario General de Aguascalientes. Gobierno del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1997.

________________. Efemérides de Aguascalientes Históricas y Culturales. Editorial Filo de Agua. México, 2000.

FERNANDEZ Ledesma, Enrique. Aguascalientes, la ciudad de las flores, de los frutos y de las aguas. En ACEVEDO Escobedo, Antonio. Letras sobre Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1963.

FERRONALES, Órgano del personal de los FFNN. de Mex. Núm. 3, Tomo XLVI, Marzo de 1966.

GUERRA Navarro, Enrique Luis. Ferrocarriles en Aguascalientes. En BOLETÍN del Archivo General Municipal. Núm. 22. Octubre – Diciembre 2009.

MEDRANO De Luna, Gabriel. La morena y sus chorriados. Los ferrocarriles de Aguascalientes. Universidad Autónoma de Aguascalientes. México. 2006.

REYES Ruíz, J. Jesús. Romance de los cuatro barrios. En ACEVEDO Escobedo, Antonio. Letras sobre Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1963.

REYES Sahagún, Carlos. Diario de la Convención. Gobierno del Estado de Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes. México, 2004.

______________________. Aguascalientes sin los ferrocarriles dejaría de ser Aguascalientes. En http://crisolplural.com/2009/07/20/aguascalientes-sin-los-ferrocarriles-dejaria-de-ser-aguascalientes/ (En línea)

TOPETE Del Valle, Alejandro. Aguascalientes, guía para visitar la ciudad y el estado. México, 1968.

viernes, 12 de febrero de 2010

"PROYECTANDO LUZ: A 15 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL DOCTOR DESIDERIO MACÍAS SILVA"



No porque hayas caído tu luz es menos alta.
NICOLÁS GUILLÉN


       Nacido un 31 de marzo de 1922, y oriundo del municipio de Asientos, Aguascalientes, Desiderio Macías Silva se ha convertido hasta hoy, en el único aguascalentense en obtener el Premio de Poesía Aguascalientes y a su vez, ganador de los Juegos Florales; en 1972 y 1967, con Ascuario y Aires para cantar en las cosechas, respectivamente. Macías Silva, fue hijo de una familia campesina y quedó huérfano a pronta edad, llegó a estudiar a nivel del seminario debido a un religioso que se ocupó de su tutela y posteriormente se decidió por la medicina, carrera que estudiaría en la Universidad Nacional Autónoma de México, a la par de su desarrollo en las letras.

       Una vez de regreso al estado, el Dr. Desiderio Macías Silva se unió a la Asociación Cultural Aguascalentense y al grupo que en dicho momento editaba la revista Paralelo (enfocada a la literatura, las artes y el humanismo). Como escritor, Macías Silva impulsó la creación de nuevos vocablos que, si bien es cierto resultan difíciles de entender en sus inicios, una vez inmiscuidos en la literatura del poeta aquicalidense, resultan amenos y comprensibles.

Creador de formas artísticas en el mejor sentido de la palabra, Desiderio Macías Silva forjó vocablos nuevos que enriquecen de significados inefables e inauditos una poesía como la suya” (PÉREZ: 1999; 211)
      Expresiones como pentagrazul, ascuario, transfulmínea, entre muchas otras, forman parte de las creaciones del médico y poeta aguascalentense, que en sus diversas publicaciones se hacen presentes; su acervo se compone por ensayos como: Historia y destino del hombre (1959), Nueva situación actual (1961), e Introducción al estudio de las etimologías griegas y latinas (1979); así como los libros: Laudanzas para un ángel (1950), Veredictos del polvo (1959), Como de entre los labios de una herida (1960), Por las estrellas altas (1962), Todos aquí están muertos (1963), Manifiesto jubilar del hombre nuevo (1963), Amor con la triunfal resurrección (1964), Relámpagos la Sangre (1966), Rondas para danzar con los niños (1967), Aires para cantar en las cosechas (1968), A cal y canto (1968), Ascuario (1973), Jaspe y Sardonix (1981); Su obra reunida ha sido publicada en los libros: Poemas (1983), Pentagrazul (1989), Apocatástasis (1994) y en últimas fechas, De Seda y Plata (2008).

      Es en 1967 cuando el Doctor Desiderio Macías Silva, es galardonado con la XXXIV Flor Natural, premio obtenido por el poema “Aires para cantar en las cosechas” cuyo jurado estuvo conformado por Griselda Álvarez, Porfirio Martínez Peñaloza y Alfonso López Aparicio, siendo mantenedor (Los mantenedores eran personajes renombrados de las letras que durante la entrega del premio pronunciaban discursos sobre el ganador y sobre los juegos florales) en dicho año Antonio Castro Leal.

Hacen falta mariposas, y abejas, y colibríes, para tantos alhelíes, para tantas malvarrosas. Hacen falta… Las carrozas de púrpura del verano reinventan de sol el grano. ¡Oh rendida estrella roja que aquí se nos despanoja en la palma de la mano” (MACIAS: 1967; 157)
      Cinco años después de haber sido el último poeta galardonado en los Juegos Florales, Macías Silva obtiene el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, siendo hasta ahora, como se mencionó anteriormente, el único aguascalentense en obtenerlo. Dicho premio es otorgado por la obra Ascuario, cuando el Doctor Desiderio contaba con 50 años de edad y siendo jurados del premio, Antonio Acevedo Escobedo, Efraín Huerta y Elías Nandino. Ascuario se compone de los siguientes poemas: Esta aurora, Sólo un delito, Honda en la luz, Amo el sol de este día, Soy el durmiente, Busco la fórmula, Un fotón es el mínimo de luz, Transfulmínea, Puede ser sólo un sueño, Este brasa por brasa, Tigre, Este relámpago, Garra de fuego, Pausa de horror por Tlatelolco, Quizá, No me preguntes mi nombre, Deslumbre, Poesía, Larga ha sido la noche, y el poema No tuve más que luz.

Quizá no diga nada; pero arde el tintero. Y el papel, y la pluma; arde la subsintaxis; las subespecies arden, y es por eso que escribo” (MACÍAS: 1989; 72)
      Abril 29 de 1974, es una de las fechas que marcarían definitivamente el mote de Poeta de la luz a Desiderio Macías Silva; pues, a menos de un año de haberse gestado la máxima casa de estudios en el estado, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, da a conocer los resultados de la convocatoria para la creación del lema universitario. El ganador, al presentar la explicación del mismo, afirmó que la luz se identifica con el esplendor propio del ser, el ser luz fuera de sí, luz para salvarla (a la luz) en perfección y esplendor; SE LUMEN PROFERRE (Proyectarse Luz) es hasta la fecha el lema universitario, creación del Doctor Desiderio Macías Silva.

No preguntes mi nombre, ni mi edad, ni mi origen, ni el color de los ojos de mis padres. Me tiro aquí sobre el abismo para que sobre mis espaldas lo cruces, y que la estrella se funda en el esplendor de su espejo” (MACÍAS: 1983; 86)
      A los 72 años de edad, el poeta fallece en la ciudad de Aguascalientes el 10 de febrero de 1995, en estas fechas se cumplen 15 años del deceso del Poeta de la luz, sin embargo su luz brilla aun entre nosotros, el resplandor de su llama sigue guiando en la poesía y en los universitarios, que, como afirmara el Doctor Alfonso Pérez Romo, tienen una deuda pendiente e impagable con el POETA DE LA LUZ, por ello, tarea de la comunidad universitaria, de sus egresados y de la sociedad aguascalentense, es el mantenimiento de la obra poética del Doctor Desiderio, rescate, subsistencia y difusión de sus creaciones, comenzando por los universitarios (Administrativos, docentes y alumnos) entre los cuales lamentablemente se desconoce su obra literaria; para así, hacer vida el lema de nuestra Alma Mater: PROYECTARSE LUZ.

Desiderio duerme ya en el seno amoroso de su Creador, pero vivirá siempre en nuestros corazones y en un maravilloso puñado de poemas que seguirán encendiendo de luz a las almas sensibles cuando todos los que le entregamos hoy a la madre tierra, nos hallamos ido también” (PEREZ: 1999; 211)

Este relámpago
lo enciendo
no para que lo entiendas,
sino para que ardas
y transfulgures de él.
DESIDERIO MACÍAS SILVA




FUENTES

ARELLANO Olivas, Ma. Del Carmen. SANDOVAL Cornejo, Martha Lilia. Los frutos ascendentes. Juegos Florales de la Feria Nacional de San Marcos 1931-1967. Gobierno del Estado de Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes. México, 2002.

ARGÜELLES, Juan Domingo. Antología, Premio de Poesía Aguascalientes, 1968-2007, 40 años. Instituto Cultural de Aguascalientes. Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes. México, 2007.

ENGEL, José Luis. Diccionario General de Aguascalientes. Gobierno del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1997.

________________. Efemérides de Aguascalientes Históricas y Culturales. Editorial Filo de Agua. México, 2000.

MACÍAS Silva, Desiderio. De seda y plata. Universidad Autónoma de Aguascalientes. México, 2008.

______________________. Pentagrazul. Universidad Autónoma de Aguascalientes. México, 1989.

______________________. Poemas. Editorial Oasis. México, 1983.

______________________. Relámpagos la sangre. Gobierno del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes. México, 1992.

______________________. Se Lumen Proferre (Proyectarse Luz). En UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE AGUASCALIENTES. Pasado, presente y futuro de la universidad. Memoria, 20 Aniversario UAA. Universidad Autónoma de Aguascalientes. México, 1993.

PÉREZ Romo, Alfonso. Testimonio de unos días. Universidad Autónoma de Aguascalientes, Instituto Cultural del Aguascalientes. México, 1999.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE AGUASCALIENTES. Boletín No. 40. La Universidad Autónoma de Aguascalientes efectuará homenaje a Desiderio Macías Silva (04 de febrero de 2009). En www.uaa.mx/utilierias/phpnews/news.php?action=fullnews&id=80/ (En línea)

VALDIVIA, Benjamín. Reunión de poemas al Che Guevara. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. México, 2002.

martes, 2 de febrero de 2010

"LA POSADA DE POSADA" o aquella esquina que se me quedó Grabada

        Anteriormente, esquina de las calles Jalapa o De Sayula y Del Ciprés, después De Los Ángeles y de Hebe, ahora es intersección entre Manuel M. Ponce y José Guadalupe Posada; pero, ¿A qué viene todo esto? Muy sencillo, hoy es 2 de febrero (por cierto, Feliz día de la Calendaria, perdón de la Candelaria) y hace 158 años en la finca que ocupa dicha dirección, nació el celebérrimo grabador aguascalentense José Guadalupe Posada Aguilar, sí, su segundo apellido fue el que acaba de leer y es por ello que en esta ocasión es necesario rememorar a dicho personaje.

       José Guadalupe Posada (No Posadas, como muchos lo han conocido) nació en la Ciudad de Aguascalientes un 2 de febrero de 1852, según lo atestigua su acta de bautismo, encontrada el 26 de diciembre de 1939:

En la Iglesia Parroquial de Aguasctes, a catorce de Fbro. de mil ochocientos cincuenta y dos, el P.D. Abundio Fernández de licentia Parrochi bautisó solemte. y puso los Stos. Oleos a José Guadalupe que nació el día dos del corrte. a las diez de la noche , en el barrio de S. Mcos. h.l. de Germán Posada y de Petra Aguilar. A.P. Manuel Posada y Marcela Cerna. A.M. Julián Aguilar y Tomasa Portillo. P.P. Estevan Castorena y Nicolasa López a quienes advirtió su obligación y parentesco espiritual. En la fe de ello lo firmé. Trinidad Romo (firmado). Al margen: José Guadalupe. H. Pe. Fdez” (TOPETE: 1963; 473)
       En éste escrito no se ahondará mucho sobre la vida y obra del grabador aquicalidense, sino sobre lo que su ciudad de origen le debe, o le debemos dijo el otro; tal vez sea uno de los más conocidos artistas que nuestro estado a dado a la cultura nacional, sin embargo no por ello el único. Antonio Acevedo lo nombra como un “Genio Humilde” y resulta ser cierto, Posada, en su trabajo no buscó sino plasmar lo que pensaba, sentía y en sí, lo que posiblemente fuera la expresión de gran parte de la sociedad. El mismo Acevedo Escobedo lo compara como una mezcla curiosa entre Goya y Balzac, al mencionar que sus grabados, son trazos tan verídicos, como el propio latir de las arterias.

La vida y los trabajos de Posada, el máximo grabador que hasta aquí alentó entre nosotros, representan el ejemplo de una humildad muy provinciana y muy privativa de nuestra gente” (ACEVEDO: 1963; 70)

       Retomando el tema primordial, Posada Aguilar nace en el Barrio de San Marcos, el cual data de 1604, con emigraciones indígenas tlaxcaltecas, hasta convertirse en el Pueblo de Indios de San Marcos, o Republica de Indios; como también fue conocido. Es en dicho barrio, aun existente y sede de la conocida Feria Nacional o Internacional de San Marcos (Que de San Marcos no tiene nada) donde grandes personajes de la cultura y tradición hidrotermapolitana han surgido; Posada, Manuel M. Ponce, entre otros. A tan sólo una cuadra detrás del templo dedicado al santo ya mencionado, se encuentra la que fuera la Posada de José Guadalupe, tal vez un hogar pequeño, y como es posible de imaginar, una infancia humilde, de padres trabajadores y de un José Guadalupe iniciándose en un mundo de letras que sus padres desconocieron.

      Hacia el poniente de la ciudad de Aguascalientes se encuentra aún la finca en que Posada vivió su infancia y que, puede ser calificada hoy como una esquina abandonada, la construcción de un solo piso con entradas hacia poniente y sur, que en mañanas tranquilas y a sabiendas de lo que ahí sucedió, es posible imaginar al pequeño José Guadalupe transitando por las calles del barrio; sin embargo, hoy se encuentra casi en ruinas. A más de 150 años del nacimiento de uno de los artistas plásticos más importantes de nuestro estado y en sí de todo México, la casa que habitara el mismo, no es visitada, ni recordada, mucho menos; conocida.

La valoración de un objeto no radica en su mayor o menor antigüedad y belleza, conceptos meramente subjetivos basados en prejuicios, sino en la medida que nos informa de los aspectos históricos (económicos, sociales, de mentalidad, etc.) de la época que se pretende enseñar” (MARTÍN: 2001)

       Afirma Néstor García Canclini, que la mejor manera de garantizar la seguridad del espacio público es la continuidad de su uso social, es decir, la presencia de las personas; y en éste caso (y en muchos otros) resultaría conveniente y necesario, recuperar el espacio que, culturalmente exige Posada, ¿Por qué no iniciar el fenómeno okupa que menciona Canclini? Respuesta sencilla, dicha acción implica la realización de un acto “ilegal” pero socialmente demandado por ser una necesidad social, sin embargo; resultaría conveniente recuperar aquella pequeña esquina que, sólo ha sido recordada para colocar un par de placas conmemorativas al 150 aniversario del natalicio de Posada.

       A 150 años de su nacimiento, el Gobierno Municipal de Aguascalientes decidió colocar en dicha esquina, una placa que rememora la fecha antes mencionada, sin embargo, la finca no ha sido “utilizada” con los fines que bien se le pudieran dar. José Guadalupe Posada cuenta con un museo propio en el que se expone parte (muy poca) de su obra, además de incluir en el mismo al también grabador Manuel Manilla; dicho museo ocupa lo que en las últimas décadas del siglo XVIII e inicios del XIX fuera la casa cural de la parroquia del Señor del Encino, a un costado del templo, tiempo después fue confiscada por el gobierno de Comonfort y Juárez y llegó a ser la Junta Local de Caminos, posteriormente fue inaugurado como museo el 16 de septiembre de 1972 a iniciativa de Víctor Sandoval, entonces director de la Casa de la Cultura; hoy, éste museo es remodelado y ampliado.
       Por qué no ampliar un poco más dicho museo, ahora hacia el poniente, no del ya existente, sino al poniente de la ciudad, por qué no reutilizar la finca en que viviera el grabador para exponer parte de su obra, o por lo menos abrir el espacio para que, mercadológicamente sea un punto turístico que permita conocer la vivienda del aguascalentense.

       Ojalá el próximo año, en estas fechas, se pueda escribir (y leer) sobre la inauguración de una pequeña sala de exhibiciones en la esquina de las calles Manuel M. Ponce y José Guadalupe Posada Aguilar.




FUENTES

ACEVEDO Escobedo, Antonio. Posada: Un genio humilde. En ACEVEDO Escobedo, Antonio. Letras sobre Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1963.

ENGEL, José Luis. Diccionario General de Aguascalientes. Gobierno del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1997.

GARCIA Canclini, Néstor. Espacio público y ciudadanía. En GARCÍA Canclini, Néstor (Coord.) Reabrir espacios públicos. UAM - Plaza y Valdés, México. 2004.

MARTÍN, Marcelo. Sobre el necesario vínculo entre el patrimonio y la sociedad – Reflexiones críticas sobre el patrimonio, turismo y desarrollo sostenible. En www.antropología.com.ar (En línea).

TOPETE Del Valle, Alejandro. José Guadalupe Posada. En ACEVEDO Escobedo, Antonio. Letras sobre Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes, México. 1963.